Mi clase de tercero no dejó de sorprenderme hasta el último día. Con lo pequeños que son, me organizaron una fiesta sorpresa que llevaban un mes preparando, implicando a todos los padres y pidiendo incluso los permisos necesarios al Director.
Una fiesta con un montón de comida buenísima y regalos que me encantaron: un reloj, una pulsera y una tarjeta increíble que llevaba una carta muy emocionante en su interior y además, las firmas de todos. ¡VAYA SORPRESÓN!
Es cierto que ha sido un curso que empezó siendo difícil...pero ha acabado siendo un regalo. Estoy muy contenta y agradecida con todos los alumnos magníficos que he conocido, y con los padres que me han demostrado una vez más que hay razones para creer en una escuela mejor, pues trabajando juntos padres y maestros salimos todos ganando, y especialmente los niños.
MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS Y FELIZ VERANO